Cielo santo ojosverdes, ¿es que no te cansas de meterte en mi cabeza?
Son tantas las veces que he llegado a pensar que por fin me había deshecho de tu recuerdo... Está bien, está bien, esta vez me pondré a escribir... Pero luego no te asustes al ver lo que consigues cada vez que haces uno de tus retornos triunfales (aunque tengo la vaga sospecha de que lo sabes a la perfección).
Tsk.
Maldita serpiente.
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